miércoles, 26 de enero de 2011

Micro Historias.. historias de micro reales casi radiografía


Ahora que estamos en verano es bueno hacer ejercicio y andar en bicicleta lo que más se pueda. Es saludable, no contamina, es entretenido y más encima se puede disfrutar de los espacios al aire libre.

Siempre me ha gustado andar en bicicleta, me da una especie de “sentido de libertad”, me muevo por donde quiero voy a la velocidad que quiera y puedo parar cuando lo desee.

El problema es cuando tengo que hacer viajes largos, porque hay que movilizarse en micro y para qué estamos con cosas en el Gran Concepción hay muchas que dejan bastante que desear, y por varios motivos.

La calidad del servicio no es el mejor, muchas de las micros andan cochinas, sucias, inmundas, con olores desagradables, los asientos no son buenos, las ventanas están siempre sucias, las cortinas llenas de grasa. Si hasta excremento humano encontré una vez en los peldaños de la puerta trasera.

El trato de los choferes no es digo de un usuario decente y si eres estudiante es mejor no exigir nada porque puedes terminar sosteniendo un pugilato con el conductor y su “ayudante” en algún paradero legal o ilegal. Y mejor será no comentar el trato que se le da a los adultos mayores cuando quieren cancelar el pasaje rebajado con su pase.

Lo gracioso de todo esto es que son los propios empresarios quienes llegan a acuerdos para tener tarifas rebajadas a los estudiantes y a los abuelitos, sin embargo, lo choferes se andan quejando y con suerte... mucha suerte en realidad se dan el tiempo para recoger a estos pasajeros.

No es que le tenga mala a los choferes de micro, de hecho en más de alguna oportunidad he sido muy cercano al gremio, pero muchos de los conductores tienen muy poco sentido común... por ejemplo, cada vez que quiero tomar Las Bahías en el cruce higueras en Talcahuano, no me paran por el simple hecho de andar con mochila, creen que soy estudiante y aunque lo fuera, me pregunto ¿por qué diablos no paran?

Lo peor es que cuando logro subirme a una micro siempre ocurren situaciones ilegales... el otro día un flayte se sentó a mi lado y como si nada sacó dos cervezas en lata mientras la micro emprendía marcha hacia el centro de Concepción desde Talcahuano, y como si fuera algo normal, casi como la gracia del día, este personaje me ofreció “compartir” una chelita con él arriba de la micro... nadie puede, para más remate este hombrecillo del submundo marginal, se cambió de puesto y como si fuera lo más normal del mundo prendió un cigarro y puso música en su Iphone... si leyó bien... el flayte tiene un Iphone.

Y si uno que con mucho esfuerzo paga su pasaje reclama por todas estas situaciones que son reales y ocurren a diario en la locomoción colectiva penquista, el chofer no hace nada, es más, al parecer es uno el inadaptado, pues el chofer “amablemente” te invita a abandonar la máquina. :/

A las autoridades poco y nada les importa, porque ellos tienen autos para llegar a sus trabajos, y por eso que la ya tan bullada licitación de la locomoción colectiva del Gran Concepción sigue durmiendo en alguna carpeta en la Seremi de Transportes de la región del Bío Bío, y más encima el pasaje subirá, probablemente a 370 pesos de aquí a marzo.

Es por eso que algunos prefieren viajar en su helicóptero que se queda sin bencina y que más encima Carabineros, con una sutil gentileza, abastece de gasolina en cualquier parte del país.

El resto tenemos que seguir comiéndonos las faltas de respeto, las micros sucias, los robos y asaltos en la locomoción, porque parece que eso es lo que nos merecemos.

Tal vez mi único consuelo es que unas amigas peruanas siempre dijeron que amaban la locomoción de Concepción, ya que tenían la oportunidad de viajar sentadas, lo que es un claro indicio de que en el país del norte las cosas en esta materia no andan tan bien.

Por eso, prefiero andar en bici y estoy que me compro una nueva... pero... Oh Wait... en esta ciudad no hay ciclovías... en fin.