martes, 7 de junio de 2011

Manos con Sangre

Autor: Oscar Valenzuela @totitrox en twitter

Estaba todo listo. Ese día con el Fito y El Keta íbamos a ir al mall a poner las bombas de Ruido. Era la única forma en que podíamos desquitarnos de toda la mierda que esos perros malditos hacen pasar a la humanidad.

En la tarde habíamos comprado el ácido muriático y habíamos juntado monedas de a peso, de esas que son de aluminio... yo le había robado algunas a mi abuela que durante toda su vida juntó puras chauchas en una botella. De hecho de ahí mismo saqué plata pa' comprar la botellita de ácido ahí en el Sódimac de Carreras.

Como buen líder fui yo mismo a la cagá de tienda a comprar la botella de cinco litros de ácido. Ahí me atendió un vendedor que tenía una pechera azul con rojo y que apenas me vio me dijo con cara de weón:

  • hola, estoy para servirlo, ¿qué desea?

Con cara de desprecio le respondí que andaba mirando, pero casi al mismo tiempo le dije muy rápido:

  • quiero llevar ácido muriático.

  • no hay problema, respondió.

Y ahí se dio vuelta y caminó como si se fuera a correr la paja a algún baño público de mierda, como ese que está en la plaza de Conce... una mierda de baño en realidad.

Yo estaba pensando mal de él, en el fondo se notaba que era un buen cabro, medio blancucho, con espinillas en la cara, onda 19 años, primer año de universidad y flaco como rayo de sol... no daba ni sombra el weón.

Y volvió a penas con el botellón de 5 litros y dijo:

  • ahí está. Uff¡¡, exclamó, está pesado.

  • ¿Qué estudiay?, le pregunté en forma seca, casi como si no me importara.

  • Estudio ingeniería en electrónica, respondió.

  • Y sabí armar bombas, pregunté con una sonrisa.

  • No, pero podría aprender. Respondió con cara de incrédulo.

  • Aprende – le dije – aprende... repetí con firmeza.

Como las 5 de la tarde llegué a la casa con la cagá de botellón, era más pesao, y ahí quedó lo guardé en el patio. A penas lo deje en el suelo se acercó el perro y le pegó una meá. De ahí me fui a estudiar, el maldito profe perro con sonrisa mañana hará el certamen. El paro de la U había terminado ayer. No había leído ni una wea, así que pesqué el libro de Bauman y me apliqué.

Me levanté temprano al otro día y me fui a la U. me puse a buscar botellas de medio litro en los basureros, antes que los auxiliares los limpiaran, encontré varias y me llevé seis. De ahí entre al certamen... estaba fácil.

Mientras escribía en la prueba me dedicaba a mirar a mis compañeros y a mis compañeras sobre todo, en realidad eran ricas, pero muy weonas, todas estudiaron periodismo para salir en la tele y otros más weones para ser estrellas de la farándula, yo lo estoy haciendo pa' buscar justicia social, ni ahí con ser abogado y defender a narcos o violadores, ni con ser ingeniero y cagarme a quien se me cruce y menos médico para ganar plata recetando remedios pa' enriquecer a las farmacias y laboratorios... todo eso me parece una mierda.

Llegué a la casa a buscar el ácido, el Fito y el Keta me iban a estar esperando en el estacionamiento del Mall, ahí en el tercer piso de autos cerca de la mierda del Santa Isabel, ese que dice que te conoce.

La cagá de ácido muriático no estaba... y lo único que había eran restos de meado de perro. (¬¬) Uta la weá. Desapareció por arte de magia. Con el tiempo supe que mi abuelo se llevó la cuestión pa' la casa para desinfectar el patio de las garrapatas que ya se le metían hasta en la cama.

Tuve que partir a comprar otra, salí rajao a Sódimac y con la cuea que me caracteriza me atendió el mismo vendedor, el cabro universitario estudiante de Electrónica.

  • hola. Me dijo.

  • Hola y aprendiste a hacer bombas, le pregunté con ironía.

  • Sí. respondió.

  • En serio o me querí webiar weón.

  • No, en serio – respondió. Puedo hacer una en un celular, dijo después.

Me sorprendí de la respuesta y noté que este cabro weón algo andaba buscando, le pregunté el nombre pero no quiso dármelo y no lo andaba trayendo colgado en la chaqueta de mierda que usan los vendedores en esa tienda. Sólo me dio un número de teléfono y claro, me vendió otra botella de ácido muriático.

En la noche lo llamé y me dijo que tenía lista la bomba del celular que me habló. Me sorprendí y me dijo que estaba aburrido de trabajar en esa tienda y que quería puro realizar un acto de protesta, algo anarko dijo, y ofreció el artefacto explosivo. Y ahí le conté de los planes que teníamos con El Keta y El Fito. Al weón le encantó y dijo que quería participar, siempre y cuando no muriera nadie.

Nos pusimos de acuerdo para juntarnos los cuatro bajo la tulipa que está frente a París, y ahí planeamos el asunto... las bombas de ruido irían en los baños del Mall, ahí donde nadie va a cagar, y la explosiva la íbamos a poner en la garita vacía de un guardia.

Todo listo, ya era sábado, en la mañana y de pronto, luego de vestirme con mi ropa favorita, un jeans rotos, mi zapatillas regalonas y una polera lila me llamó la Clau, mi novia, o algo así.

La Clau es hermosa, me siento afortunado de tenerla conmigo. Me encanta su pelo negro y su rostro pálido con sus labios rojos, siempre con brillo y su sonrisa que me excita. No tiene los ojos de color pero son muy lindos.

Con la Clau tenemos historia y mucha, nos conocimos en la U, me acuerdo que le pedí un lápiz para llenar una ficha del crédito universitario en una fila interminable y de ahí nunca más paramos de conversar. A mi me gustaba y siempre le hablaba, hasta que un día en un arrebato de sinceridad e incipiente calentura, la besé. En estricto rigor no somos nada, pero llevamos años juntos y nunca la he gorriao, parece que me estoy enamorando.


Ya po', la clau me llamó y me dijo que nos juntáramos en la tarde, que tenía que decirme algo. Accedí, le dije que bueno en el parque, ahí cerca del Enrique Molina, en las faldas del cerro donde lo hicimos por primera vez... rayos que flayte no sé como llegamos a eso. En fin.

Salí pal Mall. Me bajé ahí donde las micros nunca avanzan. Caminé bajo el techo, pasé por lo bancos. Llegué a la puerta de acceso. Miré la hora, eran las 10:30, el acuerdo era a las 11:43 estar poniendo las bombas y salir rápido en dirección a Talcahuano y juntarnos en el primer mirador del tercer acceso a los cerros a escuchar los despachos de los weones de la Bio Bio que de seguro iban a llegar para allá.

Igual llegué antes... bastante antes y me andaba paseando con el ácido muriático en la mochila y con el celular bomba, el que andaba trayendo en el bolsillo, apagado, por supuesto, porque se accionaba al recibir una llamada.

De pronto miré hacia adelante por encima de la gente y me pareció ver a la Clau. Habíamos quedado de acuerdo en vernos en el parque, en la tarde. Y de pronto vi salir al Keta muy cerca de ella. (Poker Face)

Sin perderle el rastro y sin que me vieran los seguí y de pronto me fui a la mierda. Ahí frente a los malditos monos voladores del mall la Clau con el Keta se dieron el tremendo beso y me fui a la chucha. No sabía que hacer.

No sabía si encararlos o salir arrancando. Ahí me quedé, enterrando las uñas de mi mano izquierda en la palma hasta el extremo de romperla. Sentí el calor de la rabia correr por mis dedos. Era sangre, mi sangre, mucha sangre, calentita.

Tenía rabia y estuve a punto de dejar el celular bomba en el patio de comida, pero habían muchos niños a esa hora y me acordé de mi sobrina, lo más cercano a un hijo que alguna vez podré tener... porque no puedo tener hijos. Filo, hay que cumplir la misión y de ahí en vez de ir al punto de encuentro me junto con la Clau en el parque y arreglamos el asunto.

Puse las bombas de ruido en el baño de hombres de arriba, ahí cerca del patio de comida. Y salí corriendo... entre la rabia y el apuro no dejé el explosivo en la garita del guardia y me lo llevé. Al final igual fui pa' Talcahuano al tercer acceso y ahí estaba el maraco del Keta, esperando.

El Keta es un weón pintoso y con plata. El weón iba a la UDD pero no estaba ni ahí con estudiar, sus papás nunca estaban en Chile y prácticamente se crió con la nana. Igual siempre me generó recelo su participación en este tipo de actos por que el saco de weas lo hacía sólo pa' taquillar y hacerse el bacán.

Sin pensarlo dos veces, saqué el celular bomba y lo prendí mientras mirábamos la bahía de Concepción. Sin que se diera cuenta el keta, lo metí en su mochila. De ahí llegó el fito y el cabro que hizo la bomba nunca llegó. Eso si después lo vi de nuevo vendiendo en Sódimac, pero nunca más le hable.

Escuchamos a los weones de la Bio Bio decir que había sido un acto casi terrorista y ya lo estaban vinculando con el caso bombas y nosotros ni siquiera conocíamos a esos weones de Santiago, centralistas de mierda. De hecho los odiábamos. Nos fuimos pa' la casa.

Mientras iba en la micro pensé en ir a juntarme con la Clau al parque para pedirle explicaciones del por qué me andaba cagando con el Keta. Después pensé “weona maraca, ándate a la chucha” y no fui. Llegué a mi casa y me puse a ver tele.

Fue ahí cuando empecé a sentirme desquiciado y mientras escuchaba “no estar aquí” de Los Fiskales se me ocurrió algo. Llamar al celular bomba para deshacerme del maraco del Keta por haberme quitado a la Clau. Por último me hubieran dicho antes. Estuve más de dos años haciendo el ridículo frente a todos los que sabían que la mina me cagaba.

Lo pensé y al final resolví que si le iban a echar la culpa a alguien no sería a mi, sino al weón que hizo el celular bomba, el estudiante de electrónica.

Marqué 7 de los 8 números. Luego marqué los 8. Sólo había que apretar el botón verde y quedaría la cagada. Y lo apreté. Los siguientes 5 segundos me arrepentí, los otros 10 restantes los disfruté a concho.

Al otro día desperté temprano y fui a la casa de la Clau, quería hablar con ella, pero no había nadie. De pronto a la distancia vi al Coto, su hermano, venía llorando no podía ni hablar el weón. De hecho desde esa vez nunca más habló y quedó en estado de shock permanente. Venía con cenizas en el cuerpo y con la ropa manchada.

A dos cuadras de la casa de la Clau había un motel, de esos 2 por 6 y varias veces fuimos a revolcarnos ahí... nos gustaba la pieza 3 porque tenía cama de agua. Ahí me despavilé y caminé para allá, se escuchaba mucho movimiento. Doblé en la esquina y estaba la PDI. Miré a lo lejos y el motel estaba todo quemado, destruido por completo.

Miré el diario La estrella que estaba en el kiosko de la esquina y decía en la portada “explosiva pareja de pololos murió en el acto”. Me fui a casa y escribí este cuento.

miércoles, 26 de enero de 2011

Micro Historias.. historias de micro reales casi radiografía


Ahora que estamos en verano es bueno hacer ejercicio y andar en bicicleta lo que más se pueda. Es saludable, no contamina, es entretenido y más encima se puede disfrutar de los espacios al aire libre.

Siempre me ha gustado andar en bicicleta, me da una especie de “sentido de libertad”, me muevo por donde quiero voy a la velocidad que quiera y puedo parar cuando lo desee.

El problema es cuando tengo que hacer viajes largos, porque hay que movilizarse en micro y para qué estamos con cosas en el Gran Concepción hay muchas que dejan bastante que desear, y por varios motivos.

La calidad del servicio no es el mejor, muchas de las micros andan cochinas, sucias, inmundas, con olores desagradables, los asientos no son buenos, las ventanas están siempre sucias, las cortinas llenas de grasa. Si hasta excremento humano encontré una vez en los peldaños de la puerta trasera.

El trato de los choferes no es digo de un usuario decente y si eres estudiante es mejor no exigir nada porque puedes terminar sosteniendo un pugilato con el conductor y su “ayudante” en algún paradero legal o ilegal. Y mejor será no comentar el trato que se le da a los adultos mayores cuando quieren cancelar el pasaje rebajado con su pase.

Lo gracioso de todo esto es que son los propios empresarios quienes llegan a acuerdos para tener tarifas rebajadas a los estudiantes y a los abuelitos, sin embargo, lo choferes se andan quejando y con suerte... mucha suerte en realidad se dan el tiempo para recoger a estos pasajeros.

No es que le tenga mala a los choferes de micro, de hecho en más de alguna oportunidad he sido muy cercano al gremio, pero muchos de los conductores tienen muy poco sentido común... por ejemplo, cada vez que quiero tomar Las Bahías en el cruce higueras en Talcahuano, no me paran por el simple hecho de andar con mochila, creen que soy estudiante y aunque lo fuera, me pregunto ¿por qué diablos no paran?

Lo peor es que cuando logro subirme a una micro siempre ocurren situaciones ilegales... el otro día un flayte se sentó a mi lado y como si nada sacó dos cervezas en lata mientras la micro emprendía marcha hacia el centro de Concepción desde Talcahuano, y como si fuera algo normal, casi como la gracia del día, este personaje me ofreció “compartir” una chelita con él arriba de la micro... nadie puede, para más remate este hombrecillo del submundo marginal, se cambió de puesto y como si fuera lo más normal del mundo prendió un cigarro y puso música en su Iphone... si leyó bien... el flayte tiene un Iphone.

Y si uno que con mucho esfuerzo paga su pasaje reclama por todas estas situaciones que son reales y ocurren a diario en la locomoción colectiva penquista, el chofer no hace nada, es más, al parecer es uno el inadaptado, pues el chofer “amablemente” te invita a abandonar la máquina. :/

A las autoridades poco y nada les importa, porque ellos tienen autos para llegar a sus trabajos, y por eso que la ya tan bullada licitación de la locomoción colectiva del Gran Concepción sigue durmiendo en alguna carpeta en la Seremi de Transportes de la región del Bío Bío, y más encima el pasaje subirá, probablemente a 370 pesos de aquí a marzo.

Es por eso que algunos prefieren viajar en su helicóptero que se queda sin bencina y que más encima Carabineros, con una sutil gentileza, abastece de gasolina en cualquier parte del país.

El resto tenemos que seguir comiéndonos las faltas de respeto, las micros sucias, los robos y asaltos en la locomoción, porque parece que eso es lo que nos merecemos.

Tal vez mi único consuelo es que unas amigas peruanas siempre dijeron que amaban la locomoción de Concepción, ya que tenían la oportunidad de viajar sentadas, lo que es un claro indicio de que en el país del norte las cosas en esta materia no andan tan bien.

Por eso, prefiero andar en bici y estoy que me compro una nueva... pero... Oh Wait... en esta ciudad no hay ciclovías... en fin.

martes, 21 de diciembre de 2010

Santiago no es Chile, es otro país



El domingo 19 de diciembre emprendí un viaje a otro país, aunque no lo crean fui en bus y me demoré unas 6 horas en llegar a mi destino.
A penas llegué me di cuenta que era un lugar distinto, porque mi arribo fue a eso de las 6 de la mañana y ya estaba la gran parte de la ciudad despierta, la locomoción colectiva ya corría. Las micros son grandes y algunas tienen un agregado en su parte posterior, paran en unos paraderos verdes y las personas hacen fila para subirse a ellos, algo que en mi país no se ve.
Al país que llegué goza de tener un metro, sí un tren subterráneo, el que en horas de la mañana va lleno, sin calor. Las estaciones son raras, en ellas se ven obras de arte, hay televisores plasma y LCD, unos ventiladores que tiran y guardias que visten de amarillo que te llaman a no traspasar la línea amarilla antes de que lleguen los carros. Eso sí, los guardias de amarillo no tienen muy buena disposición para atender las consultas.
Para viajar tienes que tener una tarjeta que llaman “BIP!” y que efectivamente suena así cuando debes acceder a la locomoción. El metro tren es rápido, no es muy cómodo, pero funciona, aunque sea difícil encontrar un lugar donde sentarse.
El metro pasa por una estación que se llama “Baquedano”, nunca antes había estado ahí, pero sí sabía que en este país las personas celebran sus triunfos en ese lugar, al que llaman Plaza Italia. Es grande, hay que decirlo, y a penas uno se asoma por las escaleras de la estación del metro ve que las calles son más anchas. Nunca había visto avenidas de cuatro y hasta cinco pistas, en mi país de origen a lo más hay una avenida de tres pistas.
Otra de las estaciones del metro se llama “La Moneda” y dicen que ahí se gobierna este extraño país, es una casa muy grande de un color blanco tirando para crema cuando se le ve de lejos. Dicen que por ahí se pasea la elite de este país, aunque nunca vi a ninguno de ellos, sólo por la televisión.
Este país es raro, la gente no te mira bien, todos te ven con desconfianza, como si fueras a quitarles algo, las personas no te miran pasar en la calle y muchos te pasan a llevar cuando caminas por la vereda. Las colas son pan de cada día, hora, minuto y segundo, tienes que agregarte al final de una cada vez que quieres lograr algo, ya sea comer, comprar un remedio, subir a la micro, entrar al metro, cargar el teléfono celular o tomar un helado... así es acá.
En los locales comerciales nadie te saluda, no te dicen “buenos días”, te preguntan de inmediato “qué quiere” sin nada de cordialidad y quieren que todo sea lo más rápido posible y no disfrutan de los pequeños momentos que regala la vida.
Este lugar es muy grande, dicen que París cabe seis veces en este lugar, yo diría que tal vez es mucho más grande de lo que uno cree. Eso sí, no me quejo, tienen plazas muy grandes y las personas que ya no dan más por el ritmo del lugar caen desfallecidos bajo los árboles y nadie los mira, en realidad, nadie se mira.
Y tienen un río, es chico eso sí, no como el de mi país, el de mi país es grande e imponente y se llama Río Bío Bío, el de acá se llama Mapocho, es feo y hediondo... por lo que supe a pesar de ser tan penqueño en comparación al de mi país, da bastantes problemas y si pudieran eliminarlo, lo harían.
Cuando viajé me dijeron que podría ver la Cordillera de los Andes, nunca la pude ver, había una extraña capa de color gris que me impedía la visión, “smog” le dicen y por lo que averigüé es malo para la salud y la producen los autos y vehículos en general, sin embargo todos quieren tener un auto, a pesar de lo malo que le hace a las personas.
Traté de encontrar un animal, prácticamente no vi, sólo palomas en las plazas y el único caballo que vi fue en una publicidad del metro. Otra cosa, el sol pega fuerte, aunque me contaron que en invierno hace frío y cuando llueve un poquito se inundan altiro nada comparable a mi país, donde llueve por tres y hasta cuadro días seguidos a veces y donde la gente está tristemente acostumbrada a inundarse sin esperar ayuda.
Acá parece que no sufrieron mucho con el terremoto, traté de buscar daños en edificios de altura o construcciones antiguas y saqué dos conclusiones; o el terremoto fue muy leve acá o repararon muy rápido los daños, algo que en mi país la gente todavía añora.
Nunca supe como se llamaba, sólo lo supe cuando ya pasaba por la frontera. Mientras viajaba por una gran carretera, vi un cartel verde, de esos que también hay en mi país, que decía “límite región metropolitana”, ahí supe donde estaba y que el lugar que visité se llama Santiago y que dicen, es parte de mi gran país, aunque no sé si creer o no, pues la diferencias son muchas en relación a los otros lugares que he visitado, es muy distinto al país donde vivo el día a día.

domingo, 10 de octubre de 2010

Historia de una amistad de barrio

Más de siete meses ya nos separan del terremoto ocurrido en febrero y todavía hay personas que se acercan para recordar lo peores y los mejores momentos, claro porque también hubo buenos momentos, luego de ocurrida la tragedia.
Muchos se acercaron los primeros días, incluso los primeros meses, a saludar a agradecer por el trabajo que hice junto a mi compañeros en La Bío Bío de Conce, todos valoran la labor realizada.
La sorpresa viene cuando un día cualquiera, en un lugar cualquiera, se me acerca una persona, me toca el hombro y me doy cuenta que es un amigo de la infancia, uno de esos que uno se hace en el barrio, jugando a la pelota en la calle y comiendo la tierra de cuando jugábamos a los autos en la casa de mi abuela. Uno de esos amigos con los que peleaste por puras huevadas, pero que a fin de cuentas igual te prestaban el nintendo para llevártelo pa' la casa un par de noches.
Ese amigo se llama Julio y dejé de verlo hace más de 15 años, cuando me cambié de casa... cuando me fui del centro de Concepción a vivir en la periferia, ahí donde se inunda, ahí donde hay que llegar en micro y hay que soportar a las barras bravas que llegan cuando hay partidos de alto riesgo, ese sector es Collao, donde ahora vivo.
Julio llegó por la espalda y sin avisar, nos saludamos de un abrazo de amigos y lo primero que me dijo fue "Gracias, gracias Oscar por darle calma a mi familia los días después del terremoto, con mi hermana y mis papás siempre te escuchamos y nos tranquilizaba saber que había alguien que conocíamos trabajando por nosotros... gracias hueón, de verdad te pasaste culiao".
Recuerdo casi todo calcado, porque habían hartas groserías en el relato. Una vez pronunciadas la palabras del Julito, nos abrazamos como amigos de siempre. Conversamos un rato de sus papás, de su hermana buena onda y de cuando hacíamos puras tonteras tomando de esas Pepsi de un litro y cuarto que vendían en un envase de vidrio grueso y feo. No fueron más de cinco minutos de "hablamiento" y luego extendió su mano para despedirse.
Nos despedimos con una base ritmica de puros garabatos y chuchadas, así como los amigos po'... se dio vuelta y se perdió entre las personas de la calle.
Cuando se fue me acordé y pensé "uta que soy huevón, ni siquiera la pedí un teléfono"... pero en fin ya era tarde, ojalá no tengan que pasar 15 años para volver a encontrame con el Julio, ese cabro de mierda que me enseñó a jugar Nintendo, ese hueón que conocí en una pelea callejera y que se transformó en mi mejor amigo en la mejor parte de mi infancia. Claro, hasta que cambié de barrio.

viernes, 9 de julio de 2010

La historia del audio del 27 de febrero

Nunca pensé que encontrar un audio de Radio Bío Bío en youtube, donde el ex Intendente de la Región del Bío Bío, Jaime Tohá, descartó la alerta de tsunami luego del terremoto del 27 de febrero, me traería tantos problemas y dolores de cabeza. Nunca pensé que la traición se dejaría caer en un formato mp3 y se dejaría llevar por un link hacia "amigos" que sólo aprovecharon la oportunidad que llegó en bandeja.

Todo comenzó el 27 de febrero del año 2010, cuando a las 03:34 de la madrugada gran parte del país se vio afectado por un terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter. De ahí en adelante la vorágine informativa fue inmensa. Como muchos también tuve que huir. El megasismo me encontró en Talcahuano, la verdadera Zona Cero, uno de los lugares que tiene más daños.

Mi lugar de trabajo (Radio Bío Bío) se transformó en un canal catalizador de emociones, un lugar donde se manejaba la tranquilidad de las personas e incluso el destino de la región luego de la catástrofe. Por aquel locutorio pasaron los más emocionados despachos de periodistas afectados e impactados por la magnitud de los daños, hasta polémicas declaraciones que son investigadas hasta el día de hoy, me refiero a los dichos del Ex Intendente de la Región del Bío Bío,Jaimé Tohá, quien descartó la alerta de tsunami. En aquella ocasión, la autoridad política dijo que fue informado de aquello por el Contralmirante y Jefe de la segunda Zona Naval, Roberto Macchiavello.

Por motivos técnicos fue imposible dejar registro de las conversaciones y declaraciones que se sucedieron a partir de alrededor de las 4 de la mañana cuando la radio volvió al aire con la Periodista Eliana Vejar a la cabeza. Se encontraba ahí también el controlador de turno aquella madrugada, Alejandro Ríos.

Es por ese motivo que poseer, o más bien encontrar, un audio de esa noche era de vital importancia para esclarecer los hechos, ya que la memoria es frágil y muchas veces los sentimientos traicionan la razón, lo que hace que seamos erráticos a la hora de recordar.

Por esas casualidades de la vida, un día 21 de junio de 2010 navegaba por el portal youtube y de pronto ahí estaba, "Radio 27 de febrero 4 am dia del terremoto". Ese título me dejó perplejo. Saqué la indiferencia de mi diccionario y lo "pinché" y buuummm¡¡¡ ahí estaban las palabras del ex Intendente de la región del Bío Bío, Jaime Tohá, pronunciadas en Radio Bío Bío a eso de las 5:20 - 5:30 de la madrugada, por lo que recuerdo.

Aquí puede escuchar el audio y la Crónica que se preparó con él

Sin pensarlo dos veces, convertí dicho "video" en un mp3 a través de la página Zamzar, que alguna vez me aportó el Coordinador de Medios Digitales de la Bío Bío, Christian Leal... y fue así como me hice del mp3 con un pequeño audio de ese 27 de febrero.

Para que no queden dudas, aquí les dejo unas capturas de pantalla donde las fechas quedan claras.





Con esa potente información no podía quedarme callado. Lamentablemente por otros motivos que no vienen al caso no fui a la radio durante esa semana y volví recién el domingo 27 de junio a trabajar, en la tarde, casi al final de la jornada, me acordé del audio que tenía en mi poder y se lo comuniqué a mi editora de turno, Eliana Vejar, sin saber que ella se encontraba negociando con Radio Digital (clan El Mercurio - El Sur) por un puesto de trabajo en dicha emisora. Envié el audio por mail, tal como lo pidió mi editora... y así lo indican estas capturas de pantalla, donde nuevamente quedan las fechas claras.





Como lo jamás pensado e imaginado, no me enviaron a hacer una nota con el audio que transita en Internet, un audio que no se escucha muy bien, pero que aclara muchas cosas y muchos dichos de las autoridades, palabras que los que estuvimos esa noche del terremoto en el locutorio de Radio Bío Bío no recordábamos con los detalles con que describe la propia la grabación amateur, por razones obvias, para todos los que trabajamos esa madrugada fue de Strees, inseguridad e incertidumbre. No todos los días vives un terremoto

En mi mente siempre inquieta pensaba que el tema del audio explotaría durante la semana y que lo habían guardado para "golpear" en días hábiles y no ese domingo 27 de junio. Nunca pensé que ese audio, que yo consideraba confidencial y muy importante, se iba a filtrar a otros medios.

¿Cómo se filtró el audio del 27/f? Fácil, la editora a la que le pasé el material lo mostró en forma informal a sus amigos de otros medios,entre ellos de Diario El Sur, los que no desaprovecharon la oportunidad y golpearon bajo con un material que estaba hace mucho tiempo en la red Internet - desde el 5 de marzo - pero que nadie había encontrado, ni siquiera la fiscal Solange Huerta, a cargo de la investigación luego de las irregularidades en las alertas de los servicios de emergencia.

La versión anterior fue confirmada por la propia aludida, cuando el lunes 5 de julio, me llamó por teléfono y le pregunté de frentón. Eliana reconoció la situación, dijo que le había mostrado la grabación a muchos amigos periodistas y que si hubiera podido "lo habría gritado en la plaza para que todos supieran"... el problema es que se olvidó que ese domingo 27 de junio, cuando tuvo el material en la mano, tenía el mejor medio para gritarlo a los cuatro vientos, La Radio... ¿Quién entiende?

Es así como diario El Sur se hizo de esta portada que salió el domingo 4 de julio y que me trajo bastantes problemas en mi trabajo cuando di a conocer que la entrega del audio se había hecho el día 27 de junio a una editora de La Radio. Hay que poner atención a las fechas de la imagen y a lo que dice la portada.



Otro hecho que llama la atención es que nunca, jamás en la vida, Diario El Sur había nombrado a algún Periodista de La radio entre sus líneas. En ese reportaje sale en nombre de la periodista incluso con negrita. ¿Una coincidencia o todo estaba tejido con anterioridad?

Una vez que El Sur ya estuvo en la calle aquel domingo 4 "golpeando" con la noticia del audio del 27 de febrero, parece que a la Fiscal Huerta le dieron el soplo y pidió el archivo a El Sur para realizar diligencias, y aquí viene otra pregunta ¿Cómo diablos las personas a cargo de la investigación no encontraron ese audio antes que nosotros si estaba publicado desde el 5 de marzo en youtube? ¿Habla eso de la mediocridad con que se realiza la investigación por las irregularidades en las alertas posteriores al terremoto?

Pongan atención a la siguiente captura de pantalla donde queda en evidencia que el audio efectivamente estaba disponible en la red desde el 5 de marzo... por cierto un audio nada fácil de encontrar en youtube.



Todo lo anterior motivó que la Fiscal Solange Huerta solicitara el audio a Diario El Sur, hecho con que el diario hizo otra portada. esta vez el día lunes 5 de julio.



Volver a insistir, es incomprensible que las personas a cargo de la investigación por bajar la alerta de tsunami no hayan buscado en Internet algún audio que diera una pista de lo que dijeron las autoridades de ese entonces en La Radio.

En el plano personal, sólo decir que uno nunca deja de sorprenderse de las personas, ya sea para bien o para mal.

Ahora, saque sus propias conclusiones.

jueves, 17 de junio de 2010

Una historia futbolera en la micro

El martes 15 como mucho chilenos me quedé en vela para ver el partido de la selección chilena contra su similar de Honduras. Todo salió bien y Chile ganó.
El partido terminó a eso de las 9:30 de la mañana y debía llegar a la universidad para exponer sobre los avances de mi seminario. Las micros pasaban llenas, todos salieron a trabajar y estudiar luego de terminado el pleito y eso motivó el atraso en mi y por lo visto no fui solo yo el atrasado, eran cientos de penquistas.
Las micros iban repletas de gargantas que unidas gritaron gol a eso de las 8 de la mañana, la mía no fue la excepción y estaba repleta.
Una de las cosas que me llamó la atención fue que el micrero iba vestido con una camiseta de la selección chilena de esas de hace doce años atrás, esa que en algún momento usó Iván Zamorano o Marcelo Salas, esa antigua, de pronto la micro llena... ya no cabía más gente, el chofer gritó: "Atención Chilenos de Corazón¡¡¡" esto sorprendió a muchos de los que a esa hora viajábamos... luego continuó y dijo "avancemos un poquito más atrás por favor". Las risas afloraron al instante y como nunca los estudiantes avanzaron hasta el fondo.
Todo en un ambiente de alegría que hace tiempo no veía en mi querido Concepción. ;)

miércoles, 26 de mayo de 2010

Estracto de testimonio oficial

...En la escuela de Dichato el escenario era dantesco. Creo que no hay y nunca habrá palabras para explicar todo lo que vi ese día. Me fui a la costanera, caminé por entre los escombros y llegué a la playa, al mirar el mar, había cientos de casas que flotaban, algunas casi enteras, otras sólo los techos, habían escombros por todas partes, televisores, madera, sillones, muebles, restos y más restos de lo que alguna vez fueron hogares, un verdadero basural. Es ese momento me vi sobrepasado y me di cuenta de lo que había pasado, lo que estaba viviendo, ahí me quebré y lloré de rodillas frente al mar, no sé cuanto tiempo, pero ahí estuvimos solos... el mar y yo.

Me levanté y fui a reportear, entrevisté a un vecino del lugar que me agradeció por mi trabajo, al despedirse me dio la mano y un abrazo. Volví a encontrar al bombero y también lo entrevisté. Sacadas las cuñas y secadas las lágrimas, era la hora de volver. En el camino de vuelta dormí y había que llegar a informar, ese despacho tiene que ser el más fuerte y emotivo que he hecho en mi corta carrera. En medio del relato se me quebró la voz y el Locutor, Fernando Riveros, me ayudó a seguir...